Asciende a la Selva de Oza pasando por Siresa y su característico monasterio. Admira las magníficas vistas y el sonido de las aguas del río Aragón que te acompañaran durante toda la subida. El final te llevará al impresionante Parque Natural de los Valles Occidentales.
Arrancamos la ascensión hacia la Selva de Oza en el núcleo de Echo. Comenzamos una suave ascensión hacia las profundidades del valle que en apenas 2,5 kilómetros y 40 metros de desnivel nos llevará hasta Siresa, una joya pirenaica que no puedes dejar de visitar si pasas por aquí.
Y es que la silueta del Monasterio de San Pedro de Siresa da una entidad única a esta localidad. Está declarado Monumento Nacional y la leyenda dice que acogió el Santo Grial durante su periplo por los principales monasterios e iglesias del Pirineo Aragonés.
Desde Siresa, seguimos adentrándonos en el valle hacia la Selva de Oza y percibiendo a nuestros lados el incremento exponencial de la masa forestal de hayedos y abetos conforme avanzamos hacia el norte. En los doce kilómetros que separan el cámping de la Selva de Oza del pueblo de Siresa, atravesaremos el estrecho desfiladero de la Boca del Infierno por una estrecha carretera de montaña excavada en las paredes del barranco.
No es una carretera muy transitada por vehículos, pero conviene extremar la precaución, especialmente en los meses de verano, porque es la única carretera de acceso a la Selva de Oza, el camping y el parque de tirolinas, carece de arcén y es verdaderamente estrecha.
Pero sin duda, merece la pena el espectáculo de colores que nos ofrece el bosque en nuestra subida, especialmente a finales del verano y principios del otoño. A nuestra derecha nos acompañará durante toda la ascensión el sonido de las aguas del río Aragón Subordán.
Al llegar al parking Sierra de Oza, justo antes del camping, el paisaje se abrirá de golpe, saliendo del cañón y mostrándonos el impresionante entorno de este enclave en pleno Parque Natural de los Valles Occidentales.
En este punto termina la carretera como tal y continúa un poco más una pista asfaltada pero en muy mal estado como para disfrutarla en bicicleta de carretera. En BTT o coche se puede continuar hasta las inmediaciones del refugio de La Mina.
El Val d’Echo es uno de los pocos lugares en los que se mantiene en uso el aragonés. Aquí, en concreto, se habla cheso (como el gentilicio que se usa para nombrar a sus habitantes).
El municipio sirve de puerta de acceso al valle que te llevará a la Selva de Oza y por eso es una buena opción para alojarse y disfrutar de unos días extra por la zona, realizando excursiones por el Parque Natural de los Valles Occidentales, sus calzadas romanas y sus cimas. En el núcleo de Hecho también encontrarás el Museo Etnológico Casa Mazo además de varios restaurantes y alojamientos, panaderías, piscinas municipales y un camping muy frecuentado en los meses de verano.
En Siresa tienes que visitar, evidentemente, el Monasterio de Siresa, pero también merece la pena dedicar unos minutos a visitar el Museo Lo Furno y Horno Vecinal.
La entrada al monasterio tiene un precio simbólico y puedes descargarte una audioguía en la web municipal. Hay empresas que organizan visitas guiadas conjuntas al monasterio y al horno vecinal.
Pirineos Bier es una fábrica de cervezas artesanas elaboradas con agua de manantial del valle de Echo. Está ubicada justo antes del desvío al puente de Santana y, bajo demanda, ofrece visitas y catas. Algunas empresas locales organizan visitas a la fábrica, como ‘Historias del Pirineo’. Un buen plan para hacer a la bajada si vas a alojarte en la zona del valle de Echo. Consulta aquí los taxis disponibles en la zona.
Precioso camping de acampada libre (sin parcelas de limitada) en dos praderas naturales y una zona boscosa de grandes hayas y abetos. No permite la reserva de plaza pero sí el alquiler de tiendas de campaña, lo cual es perfecto para quienes viajan en bici con lo puesto en modalidad bikepacking con alforjas.
El camping también cuenta con siete habitaciones de distintas capacidades para quienes busquen una mayor comodidad y tiene un bar terraza y un restaurante que ofrece menú del día y, por supuesto, migas y brasa.