Preciosa y asequible subida por el cañón del río Veral que nos llevará a uno de los parajes de montaña más espectaculares de entre todos a los que se puede acceder por carretera.
La subida arranca muy suave en la villa de Ansó, un precioso pueblo de casas de piedra en el que se conservan muchas chimeneas típicas del Alto Aragón (o chamineras) con espantabrujas incluido. Con buen tiempo, las hortensias dan la bienvenida al visitante desde prácticamente todos los balcones.
Desde Ansó, tomamos la carretera que sube hacia el Valle de Zuriza. Hay que tener cuidado, porque se trata de una carretera muy estrecha y ombría, por lo que tenemos que extremar la precaución, especialmente en verano, donde es más frecuentada por vehículos.
La carretera discurre por el cañón del río Veral y nuestra ascensión irá acompañada del sonido del río y las sombras del denso arbolado. Pasaremos varias bordas-restaurantes muy populares en la zona por la calidad de sus migas y de su carne a la brasa.
En el kilómetro 10 nos topamos con el tramo más espectacular, rodando por un desfiladero cada vez más estrecho encajonado entre los cortados de peña Ezkaurre y la sierra de Alano.
Tras atravesar un paso canadiense (atención esas ruedas) llegamos a Zuriza (alto valle de Ansó) y el paisaje se abre de repente. La vista casi tiene que acostumbrarse a la luz que inunda la zona, con grandes praderas y algunas zonas de baño en el Río Veral. Allí hay un refugio y un camping y es una zona muy frecuentada por familias y excursionistas en verano.
Desde Zuriza, todavía nos quedarán 5 kilómetros de subida suave para coronar en el refugio de Linza. El refugio está abierto todo el año y tiene servicio de cafetería en una terraza con vistas al Bosque de Gamueta que hacen que cualquier subida merezca la pena.
Merece la pena bajarse de la bicicleta en Ansó para dar un paseo por sus estrechas calles, animadas por las hortensias que los vecinos ponen con mimo en sus balcones. El pueblo conserva muchas ‘chimeras’ (chimeneas) típicas del Alto Aragón y una iglesia gótica con interesante patrimonio en su interior (retablo barroco, cruz renacentista, órgano, museo de Arte Sacro…).
El último domingo de agosto celebra el Día de la Exaltación del Traje Ansotano, una fiesta que ha sido reconocida como de Interés Turístico Nacional.
En Ansó encontrarás varios alojamientos y restaurantes.
El valle de Ansó es muy frecuentado en los meses de buen tiempo por veraneantes y excursionistas amantes del buen comer. Durante la ascensión a Linza pasarás por bordas muy conocidas en las que podrás disfrutar (mejor a la bajada) de platos de migas y carne a la brasa de buenísima calidad. Por orden, te encontrarás las bordas Nadal, Arracona y Chiquín.
En la explanada de Zuriza nace el río Veral y hay una zona de baño muy agradable. El camping de Zuriza es uno de los más bonitos y aislados del Pirineo, en pleno Parque Natural de los Valles Occidentales. Es zona de paso de la ruta Transpirenaica y de la Senda de Camile y tiene zona de acampada, de caravanas, varios bungalows y un albergue.
Si te alojas en Zuriza y te gustan los desafíos, puedes aprovechar otro día para subir el mítico puerto de Larrau desde allí o realizar una ruta circular adentrándote en el valle del Roncal y volviendo a Ansó por el puerto Matamachos.
El refugio de Linza está abierto todo el año y es punto de inicio de clásicas excursiones por el Pirineo Aragonés y navarro. Desde itinerarios más sencillos e incluso familiares entre los hayedos del bosque de Gamueta (merece la pena visitarlo en otoño) hasta duras ascensiones a cumbres del entorno como la Mesa de los Tres Reyes o el Acherito. Como en cualquier refugio, si estás pensando en pernoctar, conviene siempre reservar.